La resolución del trabajo practico final fue satisfactoria para todo el grupo. Cada uno pudo aportar distintos elementos que hizo la totalidad de la pieza marchara por buen rumbo. Hay que destacar que fue favorable haber trabajado durante los últimos tps juntos.
En cuanto al rol que emprendí, sonidista, fue fundamental haber hecho registros en cada viaje. En total hicimos tres viajes, uno de conocimiento y primeros registros, otro para determinar locaciones y planos y el tercer de filmación. En todos los viajes hubo tomas de sonido facilitando mucho más la construcción final dado que fue casi imposible hacer tomas de sonido directo.
El equipo empleado fue una grabadora de mano Zoom H4N de fácil manejo y buena calidad de sonido. Lo complejo fue no conseguir un peluche/ paraviento. Esto nos dificultó dado que el lugar era muy ventoso. Es por este factor, y al tener planos tan amplios, que era difícil realizar sonido directo. Ya que los actores no tenían diálogo se resolvió fácilmente en postproducción elaborando el sonido con tomas de ambiente o foleys que se habían obtenido a lo largo de todos los viajes.
En primera instancia se seleccionaron las tomas mas limpias, es decir las que no tenían sonidos ajenos a lo que queríamos que el espectador escuche. Buenas tomas de viento, de ambiente entre los pastizales y tomas del río para poder acompañar la imagen.
En segunda instancia construimos distintos sonidos que pudieran intervenir ajenos a la naturaleza del lugar para generar tensión en momentos claves del audiovisual. La idea no era incorporar música sino algunos tonos graves y agudos que acentúen la acción de los personajes.
Como última etapa fue incorporar foleys fundamentales para la pieza. Si bien muchas acciones no necesitaban de este elemento (como el grito mudo del personaje al final del corto) otras acciones se hacían inverosímiles si no se acompañaba con el sonido correspondiente. Las arcadas y la tos del hombre fueron rescatadas de algunas tomas directas de planos mas cerrados que se pudieron hacer. Otros como el raspar en la arena fueron construidos en postproduccion con otros elementos que simularan el mismo sonido. Y en planos donde no se ven los personajes en campo también se incorporo el andar entre pastizales y tierra para seguir teniendo presente al personaje y su camino.
En general nos gustó el resultado, nos hubiese gustado llegar a mayor tensión sonora al final de la pieza para quebrar volviendo al sonido del ambiente.
Quiero mencionar que fue un gran trabajo en equipo, si bien encaré la responsabilidad del sonido no hubo ningún integrante que se negara a la asistencia del sonido, en especial en postproducción.
Colaborando para el resto de los roles así como el resto de mis compañeros colaboraron conmigo cabe destacar que fue difícil abocarse sólo a un rol determinado.
